El 23 de octubre de 1987 marca la agresión de porros a estudiantes de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas, ESIQIE en paro y que fue detonante para la generalización del Movimiento Estudiantil de esa época, uno de los de mayor trascendencia desde 1968.

Así fueron los acontecimientos….
Ese día sesionaba una asamblea de más de dos mil estudiantes de la ESIQIE en el auditorio “A” El Queso en Zacatenco, habían transcurrido 8 días de paro y se informaría de los avances en las negociaciones, acordándose las acciones a seguir; las autoridades habían apostado al desgaste, a la calumnia sobre los fines del movimiento y no habían conseguido doblegar el avance estudiantil, a pesar de que los estudiantes de Ingeniería Química tenían años sin organizarse por el control que los porros habían llegado a tener sobre la base estudiantil.

El auditorio estaba repleto, el ambiente era tenso, se abordaba el punto álgido de la asamblea: se decidiría proseguir el paro y aumentar la movilización o claudicar y entregar las instalaciones; justo cuándo en el debate las posturas de mantener el paro ganaban, se corta el suministro de luz al auditorio, y se da marcha a la provocación, poco a poco las lámparas de emergencia languidecían, favoreciendo las condiciones para dar luz verde a la agresión. Los porros del Grupo Emiliano Zapata GEZ de la ESIQIE, presentes en el interior del auditorio avanzan sobre el presidium, llamando a sabotear la asamblea, el momento coincide con la llegada de información sobre la agresión a la guardia que se mantenía en los edificios de la ESIQIE: porros de la vocacional 10, de la Federación de Estudiantes del DF, FEDF y de la ESIA habían entrado a la fuerza y estaban golpeando a los estudiantes que resguardaban las instalaciones.

La respuesta no se hizo esperar, todos salen a tropel y alcanzan la explanada, se avanza por el pasillo central en Zacatenco y entre el edificio 1 y 2 se presenta la primera escaramuza al enfrentar al núcleo porril de la ESIQIE, logrando su repliegue, continua el avance a la vez que se organizan pequeños mítines frente a cada edificio informando en la ESIME, ESFM, ESIA (Ciencias de la Tierra), el curso de los acontecimientos, la reacción se multiplica, cientos, miles de estudiantes responden la agresión, moviéndose en oleadas hacia el edificio 7, los porros contestan con disparos hacia la multitud, pero nada detiene a los estudiantes, se responde con piedras, palos, adoquines, lo que sea con tal de no dejar solo la rabia en el ambiente; por fin se llega a los edificios de Ingeniería Química, se hace huir a los porros que lo tenían, acorralándose a uno de ellos en la biblioteca de Ciencias de la Tierra, quién toma de rehenes a secretarias que estaban en esas instalaciones, no hay escapatoria posible todo esta rodeado de indignados estudiantes, al final y a pesar de la protección de las autoridades se enjuicia al sujeto, se logra su confesión, constatándose el orquestamiento desde las autoridades que pretendía la disolución del paro, el golpe a los que lo encabezaban y el desmembramiento del movimiento.

Pésimo cálculo de los porros y sus autoridades protectoras, solo habían provocado la unidad estudiantil, desde esa noche se debatía en todas las escuelas de Zacatenco el unirse a la protesta, reivindicando la realización de foros académicos resolutivos, al aumento al presupuesto y la expulsión de los grupos porriles del IPN conformados básicamente por la Federación de Estudiantes Politécnicos FEP y la Organización Democrática de Estudiantes Técnicos ODET.

Así se desataría uno de los movimientos estudiantiles más importantes del politécnico que agruparía a prácticamente todas las escuelas superiores (Ingeniería Mecánica y Eléctrica-ESIME, Ingeniería Química-ESIQIE, Ingeniería y Arquitectura-ESIA, Ingeniería Textil-ESIT, Turismo-EST, Homeopatía-ENMyH, Economía-ESE, Biológicas-ENCB y Enfermería-ENEO), además de la profunda simpatía de muchas comunidades que solo por el férreo control de autoridades y porros (¿hay mucha diferencia?) no se sumaron al paro que culmina el 12 de diciembre con resolutivos favorables logrando la realización parcial de foros en las esuelas, la mejora de condiciones de estudio, el aumento emergente de presupuesto, la expulsión de porros de las escuelas participantes, el cierre definitivo del local de la FEP en el Casco de Santo Tomás y pero sobre todo lo más valioso la emancipación de escuelas controladas por porros, el crecimiento de la conciencia estudiantil, la organización independiente de estudiantes en las escuelas participantes.

A 20 años del movimiento estudiantil politécnico de 1987, es necesario recuperar la experiencia vivida, las enseñanzas obtenidas, pues el estallido estudiantil no fue producto de la generación espontánea, fincó sus orígenes en decenas de núcleos de activistas estudiantiles organizados en las escuelas, fogueados en la lucha que exigía:
· Mejores condiciones de estudio
· Becas económicas y alimenticias
· Aumento en la matrícula en el IPN (con movimientos de aspirantes y rechazados en ascenso)
· Participación paritaria en las decisiones de gobierno en las escuelas
· Recuperación del carácter nacional del IPN y de su proyecto original que permita una educación tecnológica que contribuya a un país generador de tecnología y no solo consumidor de ésta, un país constructor de un camino independiente y no simple subordinado de los dictados internacionales.
Los estudiantes politécnicos participantes en el ‘87 vieron en el movimiento del Consejo Estudiantil de la UNAM un año antes un aporte a la lucha estudiantil, confluyeron en la insurgencia nacional que mostraba a jóvenes reclamando un espacio en el país de la exclusión, del desempleo, de la marginación, de la corrupción vuelta gobierno, de la impunidad, de la riqueza exorbitante de un puñado a costa de la miseria de millones; en el politécnico esas voces crecían y se hacían más fuertes, tenían como antecedente inmediato al paro vivido de junio 10 a julio 10 en la ESIME Zacatenco, con demandas triunfantes que serían retomadas por las demás escuelas en octubre.
El camino que abonó el terreno con transmisiones en megáfonos al aire libre fuera de las cafeterías dando cuenta de las sesiones del CEU, mítines, saloneos, periódicos murales, pintas, volantes, brigadeo masivo a escuelas, esos pasos nos hacían converger, nos identificaban, nos reconocían con problemas comunes, nos organizaban, ejercitaban nuestras fuerzas, hacían más torpes y burdos los engaños de las autoridades, descubrían sus nexos con el porrismo de ese momento y con sus antecedentes porriles de cuando eran “estudiantes”, ese caminó forjó la generación estudiantil que entregó desvelos, hizo suyas las escuelas, construyó alternativas, mejoró opciones académicas, defendió el derecho a estudiar, luchó codo a codo y triunfó, esa generación se atrevió a soñar y tomar el cielo por asalto